La Regla de la distancia

La “Regla de La Distancia” se publicó por primera vez hace ya muchos años en el legendario Foro Armas Blancas. Por ese entonces si bien forjábamos cuchillos, tratábamos de acercarnos a los sables de estilo Katana y en ese camino aprendimos muchas cosas, algunas de las cuales quisimos reflejar en este asunto de la Regla de la Distancia. En su momento fue redactada desde una visión que aun continua vigente: recrear una espada lo mejor posible y sin excusas.

Regla de la Distancia

(Esta historia gira en torno de la katana pero también funciona para el resto de la cuchillería, tanto artesanal como factory) 

Es simple: 
Desde 10 metros ves que lo que aparenta ser un hermoso sable. Todos parecen perfectos desde 10 metros, pero vamos acercándonos y ya encontramos detalles... antes de los siete metros se nota que el tsukamaki no está bien hecho y los “diamantes” (rombos que dejan ver el same), son irregulares.
A los cinco metros vemos que la curva de la hoja no es correcta, tiene una geometría rara.
A los dos metros encontramos defectos en la manera en que está “trenzado” el ito. Y ya puede apreciarse el hamon, las líneas del kissaki, la alineación saya/tsuka.
Y cuando lo tomamos en las manos... bueno ahí ya no hay piedad.
El tacto evalúa el ensamble de las piezas, el filo, el peso, el desenvaine, los sonidos declaran la solidez de los encastres. Y lo más importante: se percibe cómo se comporta en movimiento.
La cosa es que mientras más te puedas acercar a una pieza (10 metros, 5 metros, 20 cm, ¡lupa!) sin encontrar discrepancias, significa más camino recorrido.
Esa bendita distancia es inversamente proporcional al recorrido en la curva de aprendizaje.
Mas recorrido en el camino del aprendizaje, menor es la distancia a la que podemos acercarnos sin encontrar disconformidades de calidad.
Un sable de calidad 15 cm es mucho camino recorrido, un sable de "pieza en mano" es mucho más y un sable lupa es pro.
Un sable de 10 metros es para cosplay, un sable de 5 metros es para un ninja, un sable de 2 metros puede ser un buen Iaito, un sable lupa casi es Nihonto.
La autocrítica es el motor. Investigar y estudiar es una necesidad. Adquirir las destrezas necesarias para pulir, forjar, caldear, cincelar, calar, trabajar la madera, el tsukamaki, laquear la saya, realizar los tratamientos térmicos es un proceso largo y muchas veces frustrante.

Las cuatro autotrampas son: 

1.- Creer que la tecnología actual brinda muchos atajos.
FALSO: si buscamos resultados parecidos a los tradicionales, hay que usar métodos y herramientas tradicionales. En un sable de “un metro”, ya se puede notar si se lijó con una polea expansiva en lugar de a mano. En uno de tres metros, se nota si el “hamon” está hecho con un soplete, está “maquillado” con ácido o lija.
La tecnología sirve, pero el abuso desmerece y se nota. En un sable de medio metro se puede ver si los fuchi kashira están realizados a la cera perdida en lugar de la construcción tradicional o si los menukis no están elaborados con la técnica de uchidashi. En un sable de quince centímetros ves si en la tsuba se usó un Dremmel o cincel neumático, en uno “lupa” se puede apreciar la prolijidad del nanako, el hada y sus detalles o las sutiles actividades de un buen hamon...

2.- Creer que se puede mejorar el diseño.
FALSO: durante siglos, millardos de maestros espaderos y batallas pulieron el diseño y los procedimientos hasta que se decantó en un método y un producto a prueba de ocasionales descubridores de pólvora. Si por un momento aparece en nuestra cabeza (juro que aparece) la ingenua idea que si hago ésto o aquello distinto, es mejor... posiblemente sea un error.

3.- “Yo la interpreto así” “Es mi interpretación de un sable estilo katana” “o de un tanto”.
FALSO: con frecuencia esto equivale a: “No me salió ni parecido y apenas puedo realizar lo que se ve”. Las interpretaciones están solo reservadas a Maestros Artesanos de examinada trayectoria y reconocidos por sus pares (no por si mismos), de lo contrario, en el mejor de los casos termina siendo algo kitsch y en el peor un adefesio.

4.- No respetar los materiales.
Una mala elección de los materiales puede arruinar un buen trabajo. Si se trata de una sable tradicional, el cuidado de los componentes adquiere relevancia. Esto no significa que el acero utilizado siempre tenga que ser tamahagane, pero el inoxidable en estos terrenos está proscripto. El mismo cuidado rige para con las aleaciones no ferrosas, el samegawa o el material utilizado como ito. También es válido en la cuchillería.


Glosario 

Fuchi Kashira
Fuchi es una especie de virola al inicio de la empuñadura y la kashira es el pomo que la cierra. 
Kashira
  

Kissaki
El Kissaki es el sector del sable japonés que corresponde a la punta de la hoja. Las diversas partes del mismo (biseles, mesas, línea de temple, etc.) tienen una nomenclatura propia.

Nanako
Es una técnica de ornamentación por cincelado famosa en Japón desde el período Edo. Se trata de pequeños puntos circulares que recuerdan huevas de pescado y se utiliza como fondos en la ornamentación de diversos objetos metálicos. Se realiza uno por uno con un cincel de punta muy fina llamado nanakotagane, muy parecido al cincel que en platería se llama “ojo de gallo”.

Samegawa
Es el forro de la tsuka (empuñadura de madera) de piel de raya. Evita el deslizamiento de las manos y del tsuka ito (encordado de seda o cuero).

Tamahagane
Es un tipo de acero artesanal hecho de acuerdo a la tradición japonesa. La palabra tama significa "redondo y precioso", como gema, Hagane significa "acero". El Tamahagane se usa para fabricar espadas japonesas, cuchillos, y otras clases de herramientas.

Saya
Se designa saya a la funda o vaina de un sable japonés o un cuchillo. Construida en madera ligera y lacada por el exterior con urushi (laca tradicional japonesa).

Tsuba
Es el guardamano metálico de una katana. Puede tener muchas formas, usualmente redonda y su objetivo principal es proteger la mano para que no deslice hacia el filo. Suelen estar finamente decoradas y se consideran objetos de arte en sí mismos. Eran fabricadas por escuelas de artesanos cuyo único oficio era producir esta pieza.
Tsuba y fuchi


Tsukamaki
Literalmente significa envolver el mango de una katana. Tsuka (ska) = mango y maki (maak-ee) = envolver. Esta definición aparentemente simple, al igual que otros aspectos implicados en la realización de una katana, es muy complicado constituyendo un arte en sí mismo.
El arte del tsukamaki integra múltiples elementos (madera, seda, piel de raya, papel, bambú, menukis) con cualidades funcionales y estéticas propias para obtener una de las empuñaduras más complejas pero sensibles y funcionales del mundo de las armas blancas. 
Tsukamaki


Uchidashi
Es una técnica que consiste en trabajar una hoja de metal plana, dispuesta sobre un material adhesivo blando (similar al lacre) que permita la progresiva deformación de la superficie trabajada con martillo y cinceles desde la parte frontal, definiendo una forma que retiene el grosor. Los artesanos japoneses utilizan la metáfora “como si se tirase una sábana sobre una pieza de arcilla”. La diferencia con el repujado clásico occidental es que se trabaja desde el frente. Es importante retener el espesor de la lámina de metal ya que permite más potencial en la definición posterior de detalles. El repujado occidental, desde atrás afina el material lo que aumenta las probabilidades de que la pieza se perfore.



Comentarios

  1. Las 4 autotrampas son una patada a los dientes cargadas de realidad... no conocia esa regla, pero es una excelente metodologia para aplicar. Gracias por compartir!!

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  2. Muy bueno....cuanto por aprender hay..felicitaciones

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