La Ergonomía, los Artesanos Cuchilleros/espaderos y la salud ocupacional.

 



A modo de pequeña advertencia

NO es nuestro propósito enseñar al artesano a hacer sus cuchillos, espadas o forjar. Durante las veces que hemos brindado esta capacitación a lo largo del país, con frecuencia, surge un artesano expresando con genuina inquietud que “sus padres, maestros y años de experiencia, le han enseñado como hacer sus cosas y las hacen así desde siempre y nunca les pasó nada”. Esto es excelente y nadie lo pone en discusión. Solamente vamos a mostrar aquí, la manera de hacer esas mismas cosas, pero de una forma más saludable. Nuestro foco está en enseñar al artesano cuchillero a identificar las oportunidades de mejorar la ergonomía en su trabajo con el objetivo de prevenir problemas de salud y mejorar el confort en sus tareas. Tratamos de volcar nuestra experiencia en este trabajo, no solo como artesanos, sino también cómo médico (Universidad Nacional de Rosario), especializado en Salud Ocupacional y en Medicina del trabajo (Universidad de Córdoba). Me desempeñé como Director médico de General Motors de Argentina, dónde recibí formación del Instituto MAPFRE de ergonomía de la Universidad de Zaragoza y también en GM do Brasil en São Caetano do Sul, São Pablo, Brasil. Participé en los orígenes de la formación de la Asociación de Ergonomía Argentina y actualmente trabajo cómo médico asesor en cuestiones de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo y prestaciones médicas.

Introducción

En Argentina, el trabajo del artesano del cuchillo y las espadas está algo desamparado en lo relacionado a la Higiene y Seguridad y a la Salud Ocupacional. La ley que exige a las empresas o pequeños empleadores proteger la salud de sus operarios, por razones que no vamos a discutir en este espacio, no aplica a los artesanos. Si éste padece una enfermedad profesional o sufre un accidente laboral, mientras esté convaleciente no podrá trabajar (lucro cesante). Más allá de la conveniencia de contar con un seguro de accidentes personales, no es infrecuente leer mensajes de cuchilleros en sus redes sociales que advierten: “se retrasaran mis entregas por una tendinitis en el codo, un cuerpo extraño en ojo o una lesión con la amoladora en la mano” y ciertamente, más alarmante aún es leer los consejos brindados por colegas y clientes con la mejor intención, pero sin ningún asidero médico. Cuando falla la prevención y se instala el problema de salud, los costos de las prestaciones médicas necesarias para retornar al trabajo corren por cuenta del artesano cuchillero-espadero: estudios costosos como resonancias magnéticas, sesiones de kinesioterapia o medicamentos se suman al lucro cesante, derivando en situaciones socioeconómicas críticas, que impactan en la economía del artesano, el cual si no se capacita solo, nadie lo hará. Nadie se va a ocupar de explicarle los problemas de salud que surgen de la mala ergonomía, nadie va a preocuparse si usa o no los elementos de protección personal adecuados. Al día de la fecha no existe (siéntanse libre de corregir en caso contrario), una asociación o regulación (nacional, provincial o municipal) destinada a capacitar, prevenir y brindar asesoramiento en relación a los trastornos de salud de origen laboral de los artesanos cuchilleros y espaderos.

Al igual que en otras profesiones, es muy importante llegar a viejo en este oficio-arte sin los achaques –prevenibles- de la exposición a años de injurias.

Los trastornos osteomusculares constituyen unos de los problemas de salud más frecuentes con los que debe lidiar un artesano de nuestro rubro y también son los más prevenibles. Tendinitis de miembros superiores, dolores inespecíficos en los codos, las muñecas o las manos, molestias en columna cervical, columna lumbar, adormecimiento y hormigueo en manos y un largo etcétera son algunas de las cuestiones cuya incidencia disminuye notablemente con la buena aplicación de la ergonomía. Por otro lado, es importante evitar los costos (obviamente nadie se ha tomado el trabajo de calcularlos nunca) derivados de los problemas de salud (remedios, radiografías, ecografías, kinesioterapia, etc.) sumados al lucro cesante, ya que el artesano lesionado no trabaja y por ende no cobra ¡Incluso su reputación se mella si no cumple con los pedidos ya señados! Como un beneficio agregado, la ergonomía mejora el sistema de trabajo artesanal, entendiéndose por éste el/los proceso/s mediante el cuál el artesano transforma las materias primas en cuchillos y/o espadas.

Estudio realizado sobre las principales afecciones en forjadores experimentados Vs no experimentados


Existen dolencias (enfermedades profesionales) casi exclusivas de los artesanos del cuchillo y las espadas: tendinitis, epicondilitis, Síndrome del Túnel del Carpo, trastornos del hombro, de la columna lumbar, etc. Esas afecciones se relacionan con malas posturas de trabajo, sobreesfuerzos, herramientas inadecuadas, uso incorrecto de las herramientas, uso incorrecto de los EPP (elementos de protección personal), puestos de trabajo mal configurados, exceso de fuerza con agotamiento muscular, vibraciones, repetitividad de movimientos, posiciones estáticas y otros factores de riesgo ergonómico que analizaremos en este espacio.

Existen otros dos riesgos muy importantes a los cuales estamos expuestos los artesanos cuchilleros-espaderos: el ruido y las neumoconiosis que son un grupo de enfermedades respiratorias producidas por el polvo de sustancias minerales (manta cerámica, polvillo de la lijadora de banda o la amoladora, arenado). Lo lamentable y habitual, es que el artesano cuchillero-espadero aprende a evitar todas estas cuestiones por el camino más doloroso y a veces irreversible: el de la experiencia propia.

Definiciones:

Veamos algunas definiciones básicas para poder seguir adelante.

Ergonomía

Explicar a la Ergonomía de una manera fácil es también restringirla, sin embargo, podríamos definirla de una manera práctica y muy limitada como una disciplina científica que estudia y se ocupa de la correcta adaptación que debe existir entre el trabajo y el hombre, para disminuir el impacto del mismo en su salud. Es importante entender que la prioridad es adaptar el trabajo al artesano y no al revés. Una definición más académica sería: “una disciplina científica de carácter multidisciplinar, que estudia las relaciones entre el hombre, la actividad que realiza y los elementos del sistema en que se halla inmerso, con la finalidad de disminuir las cargas físicas, mentales y psíquicas del individuo y de adecuar los productos, sistemas, puestos de trabajo y entornos a las características, limitaciones y necesidades del usuario, buscando optimizar su eficacia, seguridad, confort y el rendimiento global del sistema”.

Antropometría

La Antropometría es una de las ciencias que forman parte de esa mezcla no integradora que otorgan el carácter multidisciplinar a la Ergonomía. Puede definirse como la ciencia que se ocupa de estudiar las proporciones y medidas del cuerpo humano tales como el alcance de brazos, la estatura, etc. Existen muchas medidas diferentes a tener en cuenta a la hora de sintonizar-configurar nuestros puestos de trabajo y la antropometría aplicada a la ergonomía las estudia.

¿Para qué sirve la antropometría?

Para especificar las dimensiones físicas de nuestros espacios de trabajo. Sirve para mejorar el mobiliario del taller: determinar la altura de la lijadora o la bigornia a los fines de prevenir trastornos osteomusculares originados en la incompatibilidad entre las características físicas del artesano y los puestos y equipos de trabajo que utiliza. El artesano del cuchillo tiene una ventaja en este aspecto, ya que trabaja solo y por lo tanto puede configurar sus puestos de trabajo a su medida y no a un promedio, como por ejemplo sería en una estación de trabajo en la cual se desempeñen una decena de operarios distintos en tres turnos diarios.

Biomecánica

La Biomecánica aplicada a la ergonomía describe y estudia los movimientos efectuados por los distintos segmentos corporales y las fuerzas actuantes sobre estas mismas partes, durante las actividades realizadas en nuestros puestos de trabajo.

¿Para qué sirve la biomecánica?

Nos permite determinar cuáles son las posturas y los movimientos más adecuados necesarios para realizar nuestro trabajo con el propósito de prevenir trastornos osteomusculares.

Una vieja regla en biomecánica dice así: “Cuando se deba ejercer fuerza muscular, debe hacerlo el mayor grupo de músculos apropiado disponible. La actividad en el puesto de trabajo debe realizarse con las articulaciones aproximadamente en el punto medio de su rango de movimiento. Esto se aplica particularmente a la cabeza, el tronco y las extremidades superiores.”

Puesto de trabajo

La idea clásica de puesto de trabajo aplica al espacio físico donde se realiza una determina actividad laboral. Sin embargo, los artesanos cuchilleros/espaderos realizan tareas laborales muy diferentes que nada tienen que ver entre sí, tales como lijar y pulir una hoja o coser una vaina de cuero o forjar. En consecuencia, el concepto de puesto de trabajo se extiende a la tarea laboral en sí misma. Lo más usual es que el artesano posea varios puestos de trabajo diferentes distribuidos en el espacio físico de su taller, algunos son permanentes y otros son temporales, o sea el artesano lo instala para realizar una determinada tarea, como por ejemplo colocar su marca con electroerosión, desarmándolo y guardando todos sus dispositivos y herramientas una vez finalizada la tarea, para en el mismo espacio, armar una mesa de talabartería para cortar el cuero de las vainas.

¿Para qué sirve determinar cuáles son los distintos puestos de trabajo en mi taller? Para poder evaluar los riesgos (y cuáles son) y durante cuánto tiempo estoy expuesto a los mismos. Para aprovechar las oportunidades de mejorarlos y protocolizar los mejores métodos y adquirir una actitud crítica basada en conocimientos científicos.

Trastornos musculo-esqueléticos

El término trastornos musculo-esqueléticos (TME) describe un grupo de afecciones generadas en posturas inadecuadas, movimientos repetitivos y otras cuestiones que se relacionan con lo que se conoce como “riesgo ergonómico”.

Esas cuestiones impactan en estructuras tales como huesos, articulaciones, tendones y músculos pudiendo originar dolores musculares, tendinitis (inflamación de tendones), lumbalgias (dolor lumbosacro), cervicalgias (dolor de cuello) o patologías más complejas como el Síndrome del túnel del carpo o la epicondilitis. El amplio espectro de los TME incluye condiciones que van desde enfermedades de inicio agudo o subagudo hasta otras de larga evolución, o sea, las expresiones clínicas de las mismas pueden tardar meses o años en manifestarse.



Movimientos repetitivos

Los movimientos repetitivos están muy presentes en nuestra actividad: forjar un damasco a martillo, lijar y pulir una hoja de K110 o coser muchas vainas son actividades que requieren repetir cíclicamente el mismo gesto laboral una y otra vez durante toda la jornada y continuar al otro día y al otro. Los problemas aparecen cuando los mecanismos de reparación de nuestro organismo no poseen el tiempo necesario para finalizar su tarea. Si la exigencia se extiende en el tiempo y el desgaste es mayor a la reparación, tarde o temprano aparecerán los síntomas: primero incomodidad inespecífica, luego molestias, dolor y finalmente llegaremos al traumatólogo, quién le pondrá el nombre y apellido a la enfermedad ya instalada.

"Si voy a pegar cinco o diez martillazos un domingo y después me voy a dormir la siesta y no forjo más hasta el mes que viene, puedo hacerlo de cualquier manera y el impacto en mi salud puede que sea casi inexistente..."


Por ejemplo, cuando forjamos modificar la forma del acero mediante la acción del trabajo mecánico requiere de una serie de movimientos y esfuerzos de parte del forjador. Éstos se repiten en ciclos más o menos regulares cada vez que el metal alcanza la temperatura adecuada dentro de la fragua. Si voy a pegar cinco o diez martillazos un domingo y después me voy a dormir la siesta y no forjo más hasta el mes que viene, puedo hacerlo de cualquier manera y el impacto en mi salud puede que sea casi inexistente. Pero si mi trabajo requiere golpear de seis a ocho horas diarias, durante al menos cinco días a la semana, semana tras semana, la cosa es diferente. En este último caso está presente la repetitividad. El trabajo repetitivo, se relaciona con microtraumas repetitivos, que se acumulan y producen lesiones. Las más frecuentes son tendinitis, epitrocleítis, Sme. Túnel del Carpo, tenosinovitis y por lo general afectan a los miembros superiores. En el ámbito del artesanato cuchillero/espadero los factores relativos a la tarea y las herramientas constituyen solo una de las causas de enfermedades relacionadas con movimientos repetitivos, siendo el factor más frecuente la organización del trabajo: el artesano viene trabajando con un ritmo uniforme de producción desde hace meses y súbitamente enfrenta una gran demanda de trabajo al aceptar un pedido de muchas piezas a realizar en tiempo muy limitado. No dispone de ayudantes o empleados para absorber la cantidad de operaciones necesarias para cumplir con el pedido. Si no se hace una buena ergonomía, el microtrauma repetitivo, seguramente se pondrá a la cabeza de las causas de las patologías mencionadas.

Accidente de trabajo y Enfermedad profesional

En Argentina, la Ley 24.557 del año 1995 dice así:

“Se considera accidente de trabajo a todo acontecimiento súbito y violento ocurrido por el hecho o en ocasión del trabajo, o en el trayecto entre el domicilio del trabajador y el lugar de trabajo”. Aquí entran las heridas cortantes, la amoladora, las quemaduras, el cuerpo extraño en ojo y también los accidentes que ocurren camino al taller. La característica de “súbito y violento”, es lo que diferencia estos siniestros de las enfermedades profesionales, de comienzo insidioso, ya que se van generando paulatinamente y tienen una relación indiscutible y específica con el trabajo, como por ejemplo la hipoacusia relacionada con el ruido o una tendinitis.

EPP

EPP son las siglas de Elementos de Protección Personal. O sea, cualquier equipo o dispositivo destinado para ser utilizado por el artesano, para protegerse de uno o varios riesgos que puedan afectar su salud en el trabajo diario. Las principales ventajas que se obtienen con el uso de los EPP son:

  • Proporcionar una barrera entre un determinado riesgo y la persona
  • Mejorar el resguardo de la integridad física del artesano
  • Disminuir la gravedad de las consecuencias de un posible accidente de trabajo sufrido por el artesano

Los EPP básicos con los que debe contar cualquier artesano del cuchillo y las espadas son:

  • Gafas de seguridad: Gafas de policarbonato, con antiempañante y protección para luz ultravioleta. Evita la proyección de partículas sólidas o líquidas (percloruro) a los ojos.
  • Respirador con protección para material particulado: Es utilizado para tareas con material particulado. El elemento de protección debe contener filtro mecánico para partículas de menos de 10 micras.
  • Protectores auditivos tipo copa: Protege el oído de niveles de presión sonora mayor a 80 dB en diferentes frecuencias.
  • Zapatos de seguridad con puntera reforzada: ofrecen protección a la parte anterior del pie en caso de golpes o caídas de objetos sobre dicha zona.
  • Guantes, mitones y mangas protectoras: protegen del calor. Trabajo con metales calientes.
  • Protección facial: Máscara transparente de alta resistencia al impacto de partículas y chispas. Para lijadora de banda.
  • Máscara para soldar: protegen los ojos, la cara y el cuello. Recordar que existe todo un capítulo a desarrollar en lo concerniente a los riesgos de la exposición a radiaciones ultravioleta, luminosas e infrarrojas producidas por el arco de soldadura (eléctrica u oxiacetilénica), con distintas intensidades energéticas.

 

Explicadas las principales definiciones que deberíamos saber, pasamos a la práctica.

 

“Mucho de lo que requiere un buen cuchillo artesanal, depende de la salud de la persona que trabajó en él”

La salud, la seguridad y el bienestar de los artesanos cuchilleros espaderos son de fundamental importancia para los propios trabajadores y sus familias, y también para la productividad, la competitividad y el crecimiento de este oficio-arte, cuyas características socioculturales hacen imposible contar con cifras estimativas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales relacionados con el trabajo de cuchillería artesanal. Así mismo, se desconoce la cantidad de casos nuevos anuales y el costo estimado que insume esta problemática. Finalmente, hay que sumar a todo esto la ausencia de programas dirigidos a prevenir este tipo de problemas. Nuestro propósito es brindar algunas nociones básicas de ergonomía y su intervención en la salud ocupacional del artesano en cuchillería, generando actitudes saludables.

Algunas nociones de ergonomía aplicadas a:

1.- Los puestos de trabajo

2.- Las herramientas

3.- El ambiente de trabajo: el ruido y las neumoconiosis

Bonus track:

4.- La aptitud física

 

1.- Configuración de los puestos de trabajos

La evaluación de un puesto de trabajo no es nada simple. Tomemos como ejemplo un taller textil donde se confeccionan camisas. Si se detectan trastornos osteomusculares en las personas que trabajan todo el día con máquinas de coser, un primer abordaje sería examinar la ergonomía de los trabajadores en sus puestos de trabajo y evaluar y corregir cualquier condición que pueda representar un riesgo. Sin embargo, otros factores pueden estar implicados, como ser problemas relativos a la organización del trabajo, tales como la cantidad de camisas que coser y las presiones de tiempo. Quizá también existan factores de salud personales, relacionados con la aptitud física, la edad o una falta de capacitación del personal que esté utilizando erróneamente las máquinas. Por consiguiente, lo más eficaz sería emplear una combinación de enfoques integrados relacionados con el entorno laboral (por eso la ergonomía es una ciencia multidisciplinaria). Existen numerosas herramientas de evaluación ergonómica, sin embargo, dado que nuestra intención es solamente dar un primer paso, a continuación, brindamos algunas cuestiones muy prácticas en las que interviene la antropometría y la biomecánica.

Presentamos entonces una tabla orientativa y fácil de utilizar para guiarnos en relación a nuestra antropometría y biomecánica al momento de construir, modificar o configurar nuestros puestos de trabajo. Básicamente, la tabla está compuesta por una serie de columnas y filas.

Se ingresa por la primer columna, la de la talla, seleccionando la más cercana a la nuestra y luego en la fila superior están todas las medidas antropométricas recomendadas para sintonizar nuestros puestos de trabajo de acuerdo a nuestra antropometría.

Medidas antropométricas y definiciones:

MOO       Distancia entre el codo y el piso - Para tareas finas y delicadas.

MO1        Distancia entre la superficie superior de la mesa y el piso – Tareas finas, escritura, dibujo sentado.

MO2        Altura recomendada para la altura del asiento.

M03         Límite de alcance de mano normal.

M04         Espació mínimo por debajo de la mesa para las piernas.

M05         Distancia entre superficie superior de la mesa y la línea horizontal de la vista.

M06         Ancho de hombros.

M07         Altura del individuo.

M08         Distancia del piso al nivel de los ojos.

M09         Altura recomendada para instalar un apoya pies en tareas que se realizan en bipedestación (parado).

M10         Distancia entre el codo y el piso durante el trabajo en bipedestación. Ejemplo lijado manual de hojas de pie.

M11         Extensión de brazo y antebrazo para determinar alcance máximo (panel con herramientas).

M12         Altura máxima para alcance en posición parado.

M17         Distancia óptima para trabajo de precisión de pie.

M19         Espacio entre asiento alto (banqueta) y la parte inferior de la mesa.

M25         Distancia entre cabeza y la base de la cadera.

M26         Largo del brazo en posición sentado.

M27         Distancia del hombro al piso.

 


Tabla


Guía para determinar alturas más saludables de acuerdo a los percentilos.

2.- Las Herramientas: martillos, yunque, pinzas y lijadora de banda

2.1.- El Martillo

Decía un colega que ser forjador era la excusa perfecta para coleccionar martillos y acumulaba ya una cincuentena, no obstante, en su día a día no utilizaba más de tres o cuatro.

Antes que nada, hay que tener en cuenta que Fuerza= Masa x Velocidad, por lo cual, tanto el peso del martillo como la velocidad que logremos imprimirle son importantes. El peso está directamente relacionado con la exigencia del grupo muscular encargado de elevar el martillo antes de descargar el golpe. La sobrecarga física de los grupos musculares del miembro superior no solo predispone a sufrir lesiones o enfermedades osteomusculares (recordar movimientos repetitivos), sino que atenta también contra la precisión que requieren los golpes: mientras más se agotan nuestros músculos, menos preciso será nuestro trabajo. Los pesos más recomendables para forjar cuchillos están entre los 800 gramos y el kilo y medio. Forjadores experimentados aconsejan utilizar varios martillos de diferente masa, adecuando el peso de la herramienta al trabajo que se está realizando y al estilo que tiene el artesano para forjar. Existe una gran tendencia entre los forjadores inexpertos a buscar la maza o el martillo más pesado que puedan mover, lo cual es un error común. Lo ideal sería utilizar el martillo más liviano que pueda realizar el trabajo eficientemente.

Es importante sujetar el martillo correctamente. Aunque hay varias formas de agarrar un martillo, está ampliamente aceptado que colocar el pulgar encima o en línea con el mango del martillo puede provocar lesiones en las articulaciones del pulgar y la muñeca. Lo recomendable es envolver el pulgar alrededor del mango.

La velocidad es muy importante y la biomecánica la prioriza por sobre un martillo de gran masa, que limita su velocidad, la cantidad de golpes y requiere de mayor esfuerzo/energía para elevarlo. Además, puede lastimar con el uso prolongado, los cartílagos y tendones de la mano, la muñeca, el codo y el hombro.

Es importante conocer que la fuerza necesaria para abatir el martillo sobre la pieza que estamos forjando, debe realizarse solamente en los primeros 40-45 grados de ángulo, el resto del arco de movimiento, la mano solo debe guiarlo, pero sin fuerza. Solamente acompañando. Al tomar contacto el martillo con el metal al rojo (golpe), toda la extremidad superior debe estar relajada. Todos los músculos utilizados para otorgarle velocidad ya cesaron de hacer fuerza al pasar los 45º.

Existen varios errores frecuentes que cometemos todos al comenzar:

El primero es tener toda la musculatura del miembro superior tensa hasta y durante el impacto. Aparte de hacer fuerza durante todo el arco de movimiento, continuamos haciendo fuerza con el martillo sobre la superficie del metal al rojo, como tratando de “aplastar” y moldear la pieza con la sola presión del martillo.

Esto trae aparejado varias consecuencias negativas:

1.- Una muñeca rígida, un codo tensionado y un hombro trabado haciendo fuerza hacia abajo contra el yunque, transmiten vibraciones a las articulaciones, ligamentos e inserciones generando microtraumatismos que a la larga terminan inflamando las estructuras tendinosas, ligamentarias y articulares.

2.- Un miembro superior haciendo fuerza en el momento del impacto absorbe el rebote de la cabeza del martillo, ese rebote es muy importante ya que provee la energía cinética necesaria para vencer la inercia inicial de la herramienta, ayudándonos a elevarla para dar el próximo golpe con menos esfuerzo.

Enfrentarse a diario con varias horas de forja, requiere aprovechar cada ventaja, por mínima que parezca.

3.- Disminuye la efectividad del golpe. El estar con nuestra extremidad superior tensa, no solo atenta contra la velocidad que podemos lograr, sino que también quita precisión al golpe y aumenta la tendencia a formar “monedas”, o sea marcar la superficie de la pieza de una manera no deseada, aumentando el consumo posterior de abrasivos.

4.- La velocidad es menor.

Otro error es bajar y subir impulsivamente el martillo sin ritmo, luchando contra el rebote en vez de aprovecharlo. Lo ideal es calentar el brazo, golpeando rítmicamente el sobre la cara del yunque percibiendo hasta donde sube el martillo solo gracias al rebote, dónde está el punto dónde tengo que iniciar la contracción muscular para continuar elevándolo y cuál es la altura máxima a la que tengo que elevar el martillo para iniciar su descenso hacia el golpe en la pieza. De esta manera encontramos rápidamente el ritmo para un determinado martillo.

¿Cómo debe ser el martillo?

Ya mencionamos los pesos adecuados. Con respecto al cabo o mango, el mismo debe ser liso, sin asperezas o astillas que puedan lastimar la mano.

Recomendamos un mango de sección redondeada antes que uno con aristas (existen algunos mangos de martillo de secciones octogonales o con 2 lados chatos y 4 ángulos). El diámetro del mango debe estar alrededor de los 3 a 5 cm.



Si se utilizan guantes, seleccionar los más finos posibles compatibles con la tarea. Guantes gruesos y rígidos dificultan sujetar el mango, disminuyen el control del martillo y aumentan la demanda muscular. Nuestras manos están inervadas por una red de receptores sensoriales o mecanorreceptores de distinto tipo que reaccionan ante la presión mecánica y tienen la capacidad de transformar un estímulo mecánico, químico o electromagnético en un impulso nervioso. El guante en la mano que sostiene el martillo enmascara y distorsiona la presión que ejerce el mango sobre la piel, alterando las señales nerviosas que llevan información al cerebro, el cuál mientras más grueso es el guante y más inadecuado es el mango, más sobreesfuerzo demanda a la musculatura que cierra la mano. La contracción isométrica desproporcionada al esfuerzo que requiere la tarea contribuye al rápido agotamiento, menor irrigación y la aparición de un déficit en la coordinación intermuscular/intramuscular con disminución de la velocidad de contracción muscular. O lo que es lo mismo: trabajo de mala calidad, incomodidad, molestias, dolor y si no cedemos: lesión. En lo personal, siempre que el calor de la pieza lo permite no utilizo guante en la mano que sostiene el martillo.

.2.- El Yunque

La altura del yunque es algo tan personal como los zapatos o el talle de los pantalones. Si trabajamos solos y forjamos una hoja de cuchillo o de espada, basta con pararnos correctamente al lado del yunque y apoyar los nudillos en la superficie del mismo para conocer cuál es la altura óptima a la cual hay que instalarlo. La forma correcta de pararse frente al yunque es poniendo un pie paralelo a aquél y el otro formando un ángulo recto. El pie derecho queda debajo de la cola cuadrada. Si debemos utilizar alguna herramienta en el ojo cuadrado (hardie), como una tajadera, lo recomendable es que nuestros nudillos estén a la altura del filo de la herramienta colocada en su lugar.

La opción de instalar yunques a diferentes alturas de acuerdo a las operaciones de forja es una buena idea. Si se trabaja a dos artesanos, el yunque se nivelará a la altura de los nudillos del artesano de menor talla. El artesano más alto deberá adaptarse, ampliando su base de sustentación separando los pies. Nunca flexionando la columna dorso-lumbar hacia delante.

Altura del yunque

Partes del yunque


 La forma correcta de pararse frente al yunque es poniendo un pie paralelo a aquél y el otro formando un ángulo recto. El pie derecho queda debajo de la cola cuadrada

2.3.- Las pinzas

Las pinzas del artesano forjador varían según el tamaño y la función. Desde las más pequeñas para trabajos delicados como forjar una espiga o una defensa, hasta las más robustas utilizadas para sostener un paquete de damasco bajo los golpes del martinete. En general el artesano va personalizando sus pinzas, sobre todo en las mandíbulas, adaptándolas para que sea seguro sostener piezas de diferente naturaleza.

En relación a la fuerza isométrica necesaria para mantener cerradas las dos ramas, se debe tener en cuenta lo siguiente:

- La distancia entre las dos ramas de la empuñadura cuando se ejecuta el máximo esfuerzo debe estar entre 2,5 a 5 centímetros y abierta entre 7,5 y 9 centímetros.

- El diseño de las pinzas tiene que buscar que el artesano ejerza la mayor fuerza con la menor contracción muscular. Si se aumenta la distancia entre las ramas cuando la pinza está cerrada, se disminuirá la capacidad de hacer fuerza.

- Las ramas deben tener una pequeña curvatura que ayude a la adopción de la

postura adecuada de la mano y deben tener un diámetro entre 6 y 13 milímetros, dependiendo del tamaño de las piezas a manipular.

- Evitar ramas con ángulos o con la textura de los hierros de construcción. La secciones cilíndricas o cilíndricas achatadas son las más recomendables

- Los clips (o anillos) para mantener las ramas de las pinzas cerradas mientras sujeta el metal son muy recomendables. Ayudan a prevenir el síndrome del túnel carpiano al aliviar la mano de hacer fuerza para mantener las ramas cerradas con la muñeca en flexión.

2.4- La lijadora de banda

Frente a la lijadora la posición de trabajo podrá ser de pie, aunque también si se puede podrá ser sentado. La actitud debe ser lo más natural posible, debe permitirnos cambios posturales si es factible. La fuerza durante el trabajo se tratará siempre de hacerla de manera descendente, procurando disponer el plano de trabajo por debajo del codo y adoptando una postura relajada. Una postura del cuerpo adecuada deberá contribuir a evitar riesgos de caída o impacto de objetos enganchados por la banda, golpes de una banda rota, quemaduras, resbalones o proyección de partículas y chispas. De más está decir que se debe trabajar con los EPP que corresponden.

Si el trabajo es de precisión se recomienda trabajar con los codos lo más próximos al cuerpo. Si el trabajo de mucha precisión se extiende en el tiempo, es recomendable que el antebrazo o al menos la mano, puedan apoyarse sobre alguna superficie durante el uso de la lijadora.

Altura de la cabeza: Se debe observar la altura de los ojos a la hora del empleo de la lijadora. Esta exigencia visual obliga a mirar hacia la zona de acción, tendiendo a inclinar la cabeza. Se deberá llegar a un compromiso entre la postura de la cabeza y por tanto su altura y la postura de las extremidades superiores. Para tareas que requieran precisión y alta demanda visual, se recomienda un ángulo de aproximadamente 15º.

Altura de los hombros y brazos: La altura donde sostenemos la pieza contra la banda debe evitar elevaciones de los hombros. Trabajar con los hombros relajados previene cervicalgias y cefaleas (dolor de cabeza). El recipiente de agua para enfriamiento se deberá colocar lo más cerca posible del cuerpo y en la zona frontal, sin interferir con los movimientos propios de la tarea. Si se está lijando algo que requiere de fuerza para sostenerlo, como la hoja de una espada, una de las manos deberá sostener la pieza por debajo de la altura del codo para poder aprovechar la musculatura de la parte superior en la aplicación de la fuerza. Cuanta más masa muscular se activa, menor es la carga y por tanto, menos riesgo de trastorno musculoesquelético.

Los problemas osteomusculares aparecen en los casos en los que se adoptan posturas mantenidas durante prolongados periodos de tiempo o bien posturas forzadas. Las posturas mantenidas son aquellas en las que se adoptan ángulos posturales que no tienen por qué ser grandes, pero que, mantenidos durante un tiempo prolongado, llegan a producir contracciones isométricas desfavorables con agotamiento muscular. Una postura forzada es aquella en la que se adoptan ángulos muy acusados y poco funcionales.



2.4- En herramientas en general y a modo de resumen, hay que tener en cuenta lo siguiente:

  • Los mangos de las herramientas no deben dejar surcos o marcas en la palma de la mano.
  • Los mangos de las herramientas serán redondeados, sin cantos agudos, ni rebabas.
  • Las empuñaduras deben distribuir la fuerza por toda la superficie de contacto. Los mangos tampoco deben ser lisos ni resbaladizos.
  • Los mangos pueden tener una textura para favorecer el agarre, pero no deben resultar ásperos, pues pueden irritar o lastimar la mano.

3.- Algo en relación al ambiente de trabajo: el ruido y las neumoconiosis

3.1.- Ruido

El ruido es uno de los contaminantes laborales más comunes en los talleres de cuchillería y si no se toman las precauciones necesarias, el artesano puede verse expuesto diariamente a niveles sonoros potencialmente peligrosos para su audición. La hipoacusia (sordera irreversible) no es la única consecuencia nociva del ruido. También puede generar otros trastornos:

  • Acufenos: son silbidos o zumbidos en uno o ambos oídos.
  • Interferencia en la comunicación.
  • Malestar, estrés, nerviosismo.
  • Trastornos del aparato digestivo.
  • Efectos cardiovasculares.
  • Disminución del rendimiento laboral.
  • Incremento de accidentes.
  • Cambios en el comportamiento social.
  • Impedir la percepción de sonidos originados en averías

No vamos a desarrollar todo el tema Ruido Laboral porque no es la intención de este espacio. Basta saber que existen clasificaciones de ruidos, ecuaciones, mediciones, funciones, distintas maneras de evaluar los niveles, legislaciones, etc., etc. Lo más importante de todo es capacitarse y adquirir una actitud de autocuidado.  

El ruido es uno de los contaminantes más comunes en los talleres de artesanos del cuchillo y las espadas. Gran cantidad de artesanos (y sus familias) se ven expuestos diariamente a niveles sonoros potencialmente peligrosos para su audición, además de sufrir otros efectos perjudiciales en su salud. 

El decibel (dB) es la medida utilizada para expresar el nivel de potencia o el nivel de intensidad del sonido. En el Decreto Nº 351/79, que reglamenta a la ley de Higiene y Seguridad en el Trabajo, se introduce el concepto de Nivel Sonoro Continuo Equivalente (NSCE) como el nivel sonoro de un ruido constante a lo largo de la jornada laboral con igual energía total que el ruido real y variable al que está sometido el trabajador. Esto está relacionado con la teoría que, bajo ciertas condiciones, el daño auditivo está en proporción con la energía sonora total recibida acumulativamente. Según el decreto Nº 351/79, el máximo NSCE admisible es de 90 dB para una jornada laboral de 8 horas. Esto implica que se toleran 90 dB continuos durante 8 horas, o bien 93 dB durante 4 horas, o bien 96 dB durante 2 horas, etc., vale decir que se admite un aumento del nivel sonoro de 3 dB por cada reducción a la mitad del tiempo de exposición. Este límite implica en realidad que al cabo de 20 años de actividad laboral un 22 % de los expuestos experimentarán déficit auditivo irreversible (según lo indicado en la recomendación internacional ISO R 1999/70). Reconociendo este hecho, este decreto impone un límite de precaución de 85 dB

Algunos ejemplos de valores de ruido


La prioridad es combatir el ruido en su fuente. Es la mejor manera de controlarlo. En un taller de cuchillería artesanal existen herramientas y tareas que generan ruidos por arriba de 80 decibeles.

  • El yunque: existen numerosos métodos para amortiguar la vibración del yunque. Un yunque no silenciado puede generar ruidos del tipo impacto de hasta 125 decibeles, razón por la cual debe silenciarse con los métodos más apropiados (imanes, cadenas, base de siliconas, etc.)
  • La amoladora angular: genera ruido de 89 a 100 dB tratar de utilizarla lo menos posible, la sierra sinfín de banco es una excelente opción para reemplazarla en algunas tareas.
  • La lijadora de banda: genera ruido entre 60 y 100 dB según lo profesional que sea la misma. Se recomienda realizar mantenimiento de los rodamientos, dotarla de reguladores de velocidad y aislar el motor.
  • La fragua: genera ruido entre 65 y 85 dB. Colocar ventiladores más silenciosos. Controlar la turbulencia del flujo de aire.
  • Martinete, prensas hidráulicas, compresores y/o sierra circular: un martinete genera entre 95 y 100 dB y una prensa de dos motores se encuentra en el mismo rango. Dotar a los sistemas hidráulicos con bombas más silenciosas, aislar las piezas de la máquina que sean particularmente ruidosas (motores), poner amortiguadores en los motores eléctricos. Poner en práctica medidas de acústica arquitectónica (paneles insonorizantes).

 El control del ruido en el propio artesano.

La protección de los oídos es la forma más habitual y menos eficaz de controlar y combatir el ruido. Adaptarse al lugar de trabajo es siempre la forma menos

conveniente de protección frente a cualquier riesgo. Por lo general, hay dos tipos de protección de los oídos: los tapones endoaurales y los protectores de copa (tipo auriculares). Ambos tienen por objeto evitar que el ruido excesivo llegue al oído interno. Con relación a los protectores auditivos, los tapones endoaurales, se introducen en el conducto auditivo externo, cuestión que favorece a las infecciones (otitis externa) ya que a veces se contaminan con la suciedad de los dedos. Dentro de las medidas de protección endoaurales, hay que recordar que el algodón no se recomienda. Los protectores de copa protegen más que los tapones endoaurales si se utilizan correctamente.

3.2.- Las neumoconiosis

La inhalación del polvo inorgánico existente en el ambiente laboral, por períodos prolongados, puede producir diferentes enfermedades respiratorias. Los artesanos dedicados a la elaboración/forja de cuchillos y espadas no son una excepción a estos problemas. Las neumoconiosis constituyen un grupo de enfermedades que se definen por la producción de tejido colágeno en el pulmón como respuesta al ingreso y depósito de polvos inorgánicos cuya naturaleza puede ser variada. La afección es permanente y se asocia con períodos de latencia prolongados que pueden ir desde unos meses a décadas. Las neumoconiosis reciben una denominación propia y específica en función de cuál sea el agente causal que la produce. Las más peligrosas y prevenibles en nuestro medio son dos: la Silicosis y la Asbestosis.

  • Silicosis:

Se produce por las partículas respirables de sílice (menores de 5 micras) que alcanzan el parénquima pulmonar y se depositan ahí. Todo lo que sea lijado con abrasivos, discos de corte, desbaste con amoladora y arenado de piezas producen estas partículas. Las diferentes formas clínicas de la silicosis se relacionan con los niveles de concentración de sílice en el aire, el tiempo de exposición laboral y la susceptibilidad inmunológica del paciente. Para tener una somera idea de lo insidioso del problema, las formas crónicas pueden demorar hasta más de diez años para producir síntomas como falta de  aire, agitación progresiva y tos seca.

Es una buena práctica disponer en el taller de un habitáculo cerrado con buena aspiración destinado a la lijadora de banda y el uso de la amoladora.

  • Asbestosis

Al igual que la silicosis, se produce por las partículas respirables de fibras de asbesto, silicatos de alúmina anhidros, silicatos fibrosos (amosita, crisotilo, crocidolita y las formas fibrosas de tremolita, actinolita, y antofilita) que resisten altas temperaturas y por eso están presentes en los aislamientos muchas fraguas y de hornos de temple. Soluciones “mágicas” a este problema, como aislar la manta cerámica (¡Aislar partículas de 5 µm!), o utilizar mantas cerámicas publicitadas como “inofensivas” no son recomendables. La mejor manta cerámica es la que no se usa. 

La asbestosis causa fibrosis intersticial difusa. Los síntomas dependen de la intensidad y duración de la exposición y pueden pasar más de 10 años de exposición antes de manifestarse. La falta de aire (disnea) progresiva es el síntoma respiratorio más común. Otros síntomas incluyen tos persistente, seca e irritativa a veces con sangre, sibilancias y dolor torácico.

  • Exposición a la sílice y al asbesto y neoplasias pulmonares y pleurales (cáncer):

La International Agency for Research on Cancer (IARC), dependiente de la OMS, considera al sílice y al asbesto elementos carcinogénicos probados en los seres humanos (grupo I). La Resolución N° 844/17 de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), actualiza el listado de Sustancias y Agentes Cancerígenos. La norma adopta 72 nuevos agentes/sustancias/circunstancias al listado. En el mismo se encuentran el polvo de sílice cristalina, en forma de cuarzo o cristobalita y asbesto en todas sus formas. El cáncer de pulmón causado por asbesto o sílice no tiene ninguna característica diferencial.

La inhalación de fibras de asbesto también puede ocasionar neoplasias pleurales, como el mesotelioma y la relación causal es mayor.

                                             Prevención:

El objetivo principal es evitar la exposición excesiva por inhalación a estos contaminantes para que no generen una enfermedad profesional. Esto se logra mediante la eliminación de los contaminantes. Cuando estas medidas no son factibles de implementar, la protección respiratoria es la respuesta.

Es una buena práctica disponer en el taller de un habitáculo cerrado con buena aspiración destinado a la lijadora de banda y el uso de la amoladora. Muchos talleres se encuentran insertados en la casa misma del artesano, por lo cual la diseminación de partículas puede afectar a todo el hogar y por ende a los integrantes de la familia del artesano. Utilizar un barbijo para detener una partícula de menos a cinco micras es ingenuo. Se debe utilizar protección respiratoria adecuada. Consultar con el proveedor de EPP sobre la protección a utilizar. Tener en cuenta que los respiradores de medio rostro o rostro completo no deben usarse con barba u otro vello facial o cualquier otra condición que impida el contacto directo entre la cara y el borde del respirador o que interfiera con la función de la válvula. Por otro lado, hay que mencionar que enfermedades pulmonares como tuberculosis, tabaquismo, asma o enfisema se potencian y complican al combinarse con estos problemas.

4.- Bonus Track: La Aptitud Física



Hacer cuchillos y espadas requiere de trabajo manual y cuando mencionamos aptitud física, nos referimos a la capacidad que presenta el artesano de forjar, lijar o sostener con seguridad una amoladora angular de disco de 230 milímetros, sin que estas tareas supongan un riesgo para la propia salud o la de terceros. En realidad, es más correcto el concepto de capacidad psicofísica, que además de lo físico, hace referencia a las capacidades psicológicas. Esta capacidad es algo que el artesano va desarrollando a medida que pasa el tiempo. Cualquier cualidad se puede mejorar a través de la práctica y el esfuerzo.

Sin embargo, para prevenir la aparición de enfermedades profesionales producidas por la exposición a riesgos físicos, químicos y/o biológicos, debemos saber que la ley exige a las empresas cumplir con la realización de exámenes médicos periódicos. A partir de la sanción de la Resolución S.R.T. 37/2010 el empleador debe suministrar el listado de trabajadores y los factores de riesgo a los cuales están expuestos y las ART ponen en marcha todo un protocolo de exámenes a realizar de acuerdo a los riesgos a los cuales se exponen los trabajadores: son los exámenes periódicos. Nada de esto pasa en el mundo del artesano cuchillero espadero. Ni espirometrías, ni radiografías de tórax, ni exámenes médicos. Nuestra intención es que el artesano sea consciente que existen factores de riesgo que demoran años en expresarse clínicamente y sentirse sano es genial, no obstante, puede que existan procesos subclínicos relacionados con nuestra actividad que aún no poseen la magnitud suficiente para expresarse con dolor, falta de aire o hipoacusia, pero pueden ser evidenciados con un examen clínico, radiografías u otros exámenes complementarios, como una espirometría o análisis de sangre.

El hecho de que nuestra actividad no esté regulada ni obligada con los exámenes periódicos, sería un gran error desconocer los beneficios de éstos. La idea es instalar una actitud de autocuidado en el artesanato cuchilleril, para realizar de forma voluntaria y sistemática actividades dirigidas a conservar la salud y prevenir las enfermedades profesionales. Consultar al médico periódicamente, informarle acerca de nuestras actividades laborales y riesgos (si llegó leyendo hasta este punto ya conoce algunos) a los cuáles estamos expuestos. Es importante SER RESPONSABLES DE NOSOTROS MISMOS. Esta actitud debe exceder el ámbito laboral y tener en cuenta la importancia de tomar conciencia de la necesidad de ser responsables de nuestro propio cuidado, clave para lograr el bienestar tanto físico como mental y hacer buenos cuchillos y espadas.


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