Una ropera de lazo
Diferentes artistas,
diferentes visiones, un mismo objeto. La violencia de Caravaggio, el estatus
social en Van Dick y la espada como instrumento para denotar linaje y una ética
en El Greco. La ropera de El Greco es el
punto de anclaje moral del retratado.
El acero de Caravaggio es
frío, tiene muescas, pesa. El acero del Greco, parece emitir una luz propia y
el de Van Dick es una declaración social y brilla con el lujo de la corte,
convirtiéndose en el accesorio definitivo del poder.
El Greco pintaba el alma,
Caravaggio la carne y Van Dyck la elegancia suprema, esponánea y sin esfuerzo:
la “sprezzatura” reforzando la idea de que el portador es un hombre educado,
que conoce las leyes del honor y la etiqueta. Al contrario, las espadas de Caravaggio
no son un adorno idealizado, son un objeto de acero oscuro, una herramienta de
vida o muerte que refleja violencia. En el extremo opuesto, el acero de El
Greco se vuelve etéreo; no es un arma para herir, sino un atributo sagrado que
protege el honor y la verticalidad moral del caballero.
En el fondo el acero es el
mismo.
Al igual que con estos
artistas, en la esencia de cada uno esta la espada que vemos
Vemos la espada "como
somos”.
Finalmente, la espada
termina siendo un espejo... del alma.

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